Camiones sin conductor: así avanza la automatización minera con IA y 5G
- Christian Lara

- 12 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 jun
¿Cómo redefinen los vehículos autónomos la operación industrial en condiciones extremas?
La automatización industrial ha alcanzado un nuevo hito en China. En la mina de carbón de Yimin, ubicada en Mongolia Interior, se han desplegado 100 camiones eléctricos autónomos capaces de operar sin intervención humana. Estos vehículos, desarrollados por Huawei y el grupo energético Huaneng, son gestionados por inteligencia artificial y conectividad 5G, lo que les permite transportar hasta 90 toneladas sin cabina ni conductor a bordo.
Estas unidades no solo operan de manera autónoma, sino que lo hacen en un entorno hostil: temperaturas de hasta –46 °C. Durante las pruebas, funcionaron de manera ininterrumpida durante 72 horas a –40 °C, lo que demuestra una capacidad de adaptación impresionante a las condiciones extremas del norte de China.
Más allá de la eficiencia operativa, este proyecto representa un paso importante en términos de sostenibilidad: se estima que podrían evitar la emisión de hasta 48 000 toneladas de CO₂ al año, al sustituir vehículos convencionales por unidades eléctricas automatizadas. Adicionalmente, los trabajadores previamente asignados a la conducción han sido reubicados en labores de supervisión y control remoto, minimizando el impacto social del cambio tecnológico.
Análisis desde la perspectiva de RSK
El despliegue de camiones autónomos no solo transforma la logística minera, sino que abre la puerta a nuevas integraciones con tecnologías como blockchain. Desde la óptica de RSK, esto plantea oportunidades clave:
Automatización confiable con trazabilidad: El uso de blockchain puede asegurar que cada ciclo de carga, transporte y descarga quede registrado de forma inmutable, garantizando transparencia en operaciones críticas.
Mantenimiento predictivo automatizado: Sensores instalados en los camiones pueden activar smart contracts en RSK que gestionen mantenimientos programados al detectar desgaste o anomalías, reduciendo riesgos y costos.
Certificación de sostenibilidad: Las emisiones evitadas pueden ser verificadas y convertidas en créditos de carbono tokenizados mediante contratos inteligentes, facilitando nuevos esquemas de financiamiento verde.
Validación de competencias laborales: La reubicación de personal requiere procesos de capacitación y certificación. Con RSK, estos registros pueden volverse activos digitales permanentes, auditables y transferibles.
Este caso demuestra cómo tecnologías emergentes —IA, 5G, electrificación— pueden amplificarse mediante la descentralización, trazabilidad y seguridad que ofrece blockchain.




